?Me Engañaste?

Sydney Cleveland

Título de la obra en inglés:

"WHITE WASHED"

Capítulo 11

¡Advertencia! ¡Manéjese Con Cuidado!

"Los bereanos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que
recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras para
ver si era verdad lo que se les anunciaba". - Hechos 17:11.



       "¡No te preocupes, todo está bien!" Así cantaba el cantante en una canción popular a principios de la década de 1990. Del mismo pensamiento se hace eco la Iglesia Adventista del Séptimo Día después de más de un siglo de creciente evidencia de que Ellen White no era proféticamente inspirada por Dios.
       En un reciente editorial en el Adventist Review de la Iglesia, Eugene F. Durand hizo una lista de cosas que, según él, había creído originalmente, pero que más tarde había descubierto que eran mitos: La llegada de los peregrinos a Plymouth Rock, la carga de Teddy Roosevelt hacia la cima de la colina San Juan, el descubrimiento de Colón de que el mundo es redondo, y así sucesivamente. Después de comentar estos "mitos" de la historia de Estados Unidos, concluyó diciendo:
"A diferencia de la historia de Estados Unidos, mientras más examinamos nuestras creencias fundamentales (las de los ASD), con más fuerza brillan, más seguras se vuelven, y más razones encontramos para creer. No es necesario que temamos despertar una mañana y descubrir que la fe Adventista que nos enseñaron por años no es verdadera. No es una cuestión de escoger entre verdad o mito". - Eugene F. Durand, "Hit or Myth?" en Adventist Review, Noviembre 12, 1992, p. 5.
        Parafraseando un antiguo anuncio comercial de tabaco, cuando se trata de abandonar mitos tenidos en alta estima, la mayoría de los Adventistas prefieren pelear que cambiar. De aquí que esta palabra de advertencia sea para usted. No crea ingenuamente que los hechos harán cambiar de opinión a los Adventistas del Séptimo Día acerca de Ellen White. Recuerde que las vidas, las identidades, y la religión de ellos requieren a Ellen White.
        Si usted comparte los hechos que ha descubierto acerca de ella con sus seguidores en la Iglesia, será considerado apóstata. Más que eso, su apostasía será vista como cumplimiento definido de la predicción de Ellen White de que "se apagarán luces brillantes". Consuélese pensando que, por lo menos, ¡le consideran a usted como una de esas luces brillantes! Por extraño que parezca, los Adventistas del Séptimo Día no se detienen a pensar que, si las "luces brillantes" se van de la Iglesia, sólo quedan luces "opacas".
        Como resultado de su "apostasía", y a pesar de todos los hechos en contrario, ellos creerán, aún con más fuerza, en la inspiración divina de Ellen White. Puede usted estar seguro de que los seguidores de ella aumentarán su fe en Ellen White haciendo varias de las siguientes afirmaciones:

1.        Ellen White predijo que sería llamada una falsa profeta.

EGW    "Se me ha dicho que muchos que prestan oídos a la falsa ciencia del enemigo denunciarían mi obra como la de                  una falsa profeta". - Mensajes Selectos, tomo 1, p. 52, escrito en 1906.

        Note que Ellen White reclamó inspiración divina para su idea de que los que denuncian su obra, incluyéndole a usted, están bajo la influencia de Satanás. Tenga presente que, con frecuencia, ésta es la actitud de sus seguidores aún hacia sus seres queridos que abandonan la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Luego, sus seguidores razonan que, puesto que usted ha llegado a la conclusión de que Ellen White es una falsa profeta, entonces ella es realmente una verdadera profeta, pues predijo que algunos la llamarían falsa profeta.
        Cuando usted se detiene a pensar en ello, el razonamiento circular de ellos es muy fácil de responder. Vea usted: A semejanza de los meteorólogos, los falsos profetas a veces tienen razón la mitad de las veces. Son sus falsas profecías y sus falsas enseñanzas las que los identifican como falsos profetas. Usted establece cuál "profeta" es verdadero y cuál es falso comparándolos con la Biblia.
        ¿Contradijo Ellen White la Biblia? Sí. Por lo tanto, la Palabra de Dios le dice a usted que ella no puede ser una profeta verdadera. ¿Se cumplieron todas sus profecías incondicionales? No. Por lo tanto, la Palabra de Dios le dice a usted que ella no puede ser una verdadera profeta. ¿Era ella honesta acerca de la fuente de sus escritos? No. Por lo tanto, hasta el estudio Veltman de su propia Iglesia le dice a usted que ella no decía la verdad. El hecho de que Ellen White predijera que algún día ella sería llamada una falsa profeta indica simplemente que, como todos los charlatanes, ella sabía que sus mitos algún día serían revelados con la luz de la verdad.

2.        Ellen White predijo que el último engaño de Satanás sería anular sus testimonios.

EGW    "El último gran engaño de Satanás será anular el testimonio del Espíritu de Dios". - Mensajes Selectos, tomo 1,              p. 48, escrito en 1890.

        Muchos Adventistas del Séptimo Día creen que cualquiera que señale errores en los escritos de Ellen White está haciendo la obra de Satanás y oponiéndose a Dios. Pero, ¿es válida esa creencia? No. Al pueblo de Dios se le insta a analizar lo que es presentado como la verdad para ver si concuerda con la Palabra de Dios:
"Los bereanos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez, y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba". - Hechos 17:11.
        Bajo la inspiración del Espíritu Santo, Pablo no acusó a la gente de hacer la obra de Satanás simplemente porque fueron a sus Biblias para autenticar sus enseñanzas. En lugar de eso, dijo que los bereanos eran "de sentimientos más nobles" que los que aceptaban ciegamente lo que se les había enseñado. Sin embargo, Ellen White acusa a los modernos cristianos, que siguen el ejemplo de los bereanos, de estar haciendo la obra de Satanás.
        Vea usted, la aceptación ciega es una necesidad crucial para todo seguidor de Ellen White. En el pasado, ¿aceptó usted ciegamente lo que se le enseñó acerca de Ellen White? Probablemente. Pero ahora usted ha tenido la oportunidad de evaluar sus enseñanzas por medio de la Palabra de Dios. Si las comparó cuidadosamente con la Palabra de Dios, entonces usted es elogiado por la Palabra de Dios. Usted no está haciendo la obra de Satanás, como afirmaba Ellen White; usted está haciendo exactamente lo que su Salvador Cristo Jesús le aconsejó que hiciese:
"Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas". - 1 Juan 4:1.  (NVI).
3.        La evidencia presentada en este libro fue refutada hace años por la Iglesia Adventista del Séptimo                    Día.

        Desde su mismo comienzo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha librado una guerra sin cuartel contra los hechos. Con el correr de los años, los seguidores de Ellen White han usado todos los medios posibles para elevar la imagen de ella a pesar de la abrumadora evidencia de que es una falsa profeta. Quizás el libro más abarcante jamás escrito para defenderla es Ellen White y Sus Críticos, por Francis D. Nichol (disponible en los Centros de Literatura Adventista) [ABC, Adventist Book Centers]. Tenga presente que el libro de Nichol fue escrito en 1951. Eso fue veinticinco años antes de que se descubrieran las actas de la Conferencia Bíblica de 1919. Fue el testimonio de esas actas lo que dejó claro como el agua limpia que los dirigentes de la iglesia son bien conscientes de los defectos de Ellen White (véanse las páginas 13-20 del libro White Washed). El libro de Nichol fue escrito treinta años antes de que el estudio Veltman de la propia Iglesia Adventista del Séptimo Día demostrara de manera concluyente que Ellen White era una plagiaria que había negado el hecho de que copiaba (véanse las páginas 8-9 de White Washed). El libro de Nichol fue escrito tres décadas antes de que se descubriera la evidencia del juicio de Israel Dammon, que demostró que la presentación de la historia por Ellen White no era digna de confianza (véanse las páginas 118-121 de White Washed). Y el libro de Nichol fue escrito cuatro décadas antes de que se descubriera la evidencia en el libro de M. L. Shew Cura por el Agua para Señoras, demostrando que los mensajes sobre la salud, de Ellen White, estaban muy atrasados para su tiempo (véanse las páginas 92-103 de White Washed). Los argumentos de Nichol ya eran debatibles en 1951, pero simplemente no soportan el peso de la evidencia acumulada durante los pasados cuarenta años.
        El más reciente intento de los Adventistas del Séptimo Día para rescatar a Ellen White es el libro de 600 páginas de Herbert Douglass, Mensajera del Señor, en el que presenta la propaganda corriente de la Iglesia. Un breve examen lleva a los lectores rápidamente a la conclusión de que muchas de las "defensas" de la Iglesia estiran los límites de la credibilidad mucho más allá del punto de ruptura.                                    
       En la revisión del libro publicada en Spectrum, Alden Thompson planteó un desafío a la obra de de Douglass diciendo: "El enfoque general en el libro Mensajera es claro: filtrar casi todas las voces que se considera que 'critican' a Ellen White". Thompson continuó escribiendo acerca de la manipulación de la evidencia por parte de Douglass:
"Por el libro de George Knight, 'Meeting Ellen White' [Conociendo a Ellen White], (p. 110), descubrí que las palabras 'Dios es amor' son los grandes pilares sobre los cuales descansaba la serie de El Gran Conflicto, las tres primeras palabras de Patriarcas y Profetas y las tres últimas de El Gran Conflicto. Intrigado, tomé Dones Espirituales, tomo 1 (1858), y leí cuidadosamente la presentación de 200 páginas que Ellen White hace de la controversia en aquella primera publicación (páginas 17-219). 'Dios es amor' no está allí. Revise el disco de EGW. Es asombroso".
         Lo que es verdaderamente "asombroso" es que la Iglesia Adventista del Séptimo Día continúe defendiendo a Ellen White, y continúe manipulando sus escritos - hasta el punto de añadir palabras para ajustarlos a la filosofía actual de ellos. Quizás en esto descubrimos la verdadera actitud de los dirigentes de la Iglesia hacia Ellen White: Ella continúa siéndoles útil como "autoridad divina" para toda clase de designios políticos y "religiosos".
         ¿Ha respondido satisfactoriamente la Iglesia a toda la evidencia contra Ellen White? Aparentemente, dos millones de ex-Adventistas en los Estados Unidos no lo creen así.

4.        Usted se perderá si abandona la Iglesia remanente.

EGW    "Todos los que deseen apartarse del pueblo remanente de Dios (los ASD) para seguir sus propios corazones              corruptos se arrojarán voluntariamente en las manos de Satanás, y deberán tener este privilegio". -                      Testimonios, tomo 1, p. 439, escrito en 1864.

       ¿Tenía razón Ellen White cuando dijo que los que abandonan la Iglesia Adventista del Séptimo Día se "arrojan voluntariamente en las manos de Satanás"?
       Nuevamente, la respuesta es no, de acuerdo con la Biblia.
       Las iglesias que no entienden claramente el evangelio tienden a constituirse en mediadores entre sus miembros y Cristo Jesús. Tienden a reclamar para sí mismas un papel singular que les da identidad y les permite hacer cumplir los decretos de la iglesia. Considere cómo proclaman las siguientes iglesias sus identidades y, por lo tanto, el lugar que ocupan en las vidas de sus miembros:
Católica Romana: "La única iglesia verdadera",
Bautista del Sur: "La Esposa de Cristo",
Mormona: "La Iglesia de Jesucristo",
Adventista del Séptimo Día: "La Iglesia Remanente",
Mundial (Armstrong): "La Iglesia de Dios",
Testigos de Jehová: "La Religión Verdadera", et cetera.
       Estas iglesias han sido mediadoras en el sentido de que la organización de la iglesia interviene entre el miembro y Cristo Jesús. Han sido exclusivas en el sentido de que la salvación y las bendiciones especiales de Dios se reservan, por lo general, sólo para sus propios miembros. La membresía en su iglesia se considera sinónima de la membresía en el reino de Dios.
       La iglesias que reclaman para sí mismas una identidad única exigen, por lo general, que se le rinda homenaje a su particular profeta, apóstol, o líder espiritual que, en sentido práctico, ha recibido la autoridad final en cuestiones espirituales. Por lo general, estos individuos no vacilan en afirmar que reciben mensajes directamente de Dios aparte de la Biblia, y generalmente afirman que hablan en nombre de Dios. Estas pretensiones les capacitan para imponer rigurosamente su voluntad personal en su membresía.
       Un examen de los hechos indica que la pretensión Adventista del Séptimo Día de ser "La Iglesia Remanente" no es más bíblica que las muchas pretensiones similares de otras iglesias. Esta pretensión es interesante porque requiere suposiciones extra-bíblicas para interpretar correctamente una frase clave en el Adventismo: "El Espíritu de Profecía". Esa frase sostiene su pretensión de que es "La Iglesia Remanente". Los Adventistas del Séptimo Día usan dos textos para apoyar su pretensión. Helos aquí:
"Entonces el dragón se enfureció contra la mujer. y se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús". - Apocalipsis 12:17 (NVI).
         Según los Adventistas del Séptimo Día, este texto contiene las dos "marcas" que identifican a La Iglesia Remanente: (1) obedece todos los mandamientos de Dios; (2) es fiel al testimonio de Jesús. Bajo la primera premisa, los Adventistas del Séptimo Día creen erróneamente que sólo ellos obedecen todos los Diez Mandamientos de Dios; suponen que todos los demás adoran a Dios el domingo. Este estrecho punto de vista pasa por alto el hecho de que en Norteamérica existen en la actualidad más de 300 organizaciones que guardan el sábado y son totalmente independientes de cualquier denominación, y que existen por lo menos cinco denominaciones.
       Para interpretar la segunda frase, "testimonio de Jesús" (es decir, "el Espíritu de Profecía"), los Adventistas del Séptimo Día le dirigen a usted a Apocalipsis 19:10:
"Me postré a sus pies para adorarle. Pero él me dijo: '¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora sólo a Dios! Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía". - Apocalipsis 19:10.
       En este punto, los Adventistas del Séptimo Día cierran sus Biblias, y declaran: "Ellen White es 'El Espíritu de Profecía', y ella escribió 'Los Testimonios'. Puesto que nosotros guardamos todos los Diez Mandamientos y tenemos a Ellen White como nuestra profeta, ¡nosotros los Adventistas del Séptimo Día somos La Iglesia Remanente"!
       Sin embargo, ¿notó usted que ni la palabra "iglesia" ni el nombre "Ellen White" se mencionan en ninguno de esos textos? Esas palabras fueron añadidas por los Adventistas del Séptimo Día para apoyar su suposición extra-bíblica: Que Ellen White es "El Espíritu de Profecía", y que, por lo tanto, la Iglesia Adventista del Séptimo Día es "La Iglesia Remanente"!  Esa lógica no es justificada por la Escritura, y con la misma facilidad podría haber sido aplicada a David Koresh, líder de la secta de la rama davidiana.
       Sin embargo, en lugar de saltar fuera de la Biblia para aplicar artificialmente el título de "El Espíritu de Profecía" a Ellen White, ¿qué habría sucedido si los fundadores del Adventismo del Séptimo Día hubiesen continuado dentro de la Escritura? ¿Qué habrían descubierto en cuanto a cómo aplica la Biblia misma el término "El Espíritu de Profecía"? ¿Quién indica la Palabra de Dios que es el auténtico, y el único "Espíritu de Profecía"?

El Espíritu de Profecía

       En 1 Corintios 12:7-11, la Biblia dice que el Espíritu Santo es el que concede los dones espirituales a la iglesia de Dios. Uno de esos dones espirituales es el don de profecía (12:10). Por lo tanto, es lógico llegar a la conclusión de que la frase "El Espíritu de Profecía" se aplica al Espíritu Santo como el que concede el don espiritual de profecía. Esto es aún más evidente si analizamos los varios nombres que la Biblia aplica claramente al Espíritu Santo. Cada nombre de la lista siguiente describe una característica especial del Espíritu Santo. Al leer estos nombres del Espíritu Santo, recuerde que ninguno de ellos puede aplicarse jamás a ningún ser humano sin cometer el pecado de blasfemia.
Espíritu de Sabiduría - Isaías 11:2
Espíritu de Entendimiento - Isaías 11:2
Espíritu de Consejo - Isaías 11:2
Espíritu de Poder - Isaías 11:2
Espíritu de Conocimiento - Isaías 11:2
Espíritu de Temor del Señor - Isaías 11:2
Espíritu de Jehová - Miqueas 2:7
Espíritu de Dios - Mateo 3: 16
Espíritu de vuestro Padre - Mateo 10:20
Espíritu de Verdad - Juan 14:17
Espíritu de Jesús - Hechos 16:7
Espíritu de Santidad - Romanos 1:4
Espíritu de Vida - Romanos 8:2
Espíritu de Cristo - Romanos 8:9
Espíritu de Adopción - Romanos 8:15
Espíritu del Dios Viviente - 2 Corintios 3:3
Espíritu de su Hijo - Gálatas 4:6
Espíritu de Sabiduría - Efesios 1:17
Espíritu de Revelación - Efesios 1:17
Espíritu de Jesucristo - Filipenses 1:19
Espíritu de Gracia - Hebreos 10:29
Espíritu de Gloria - 1 Pedro 4:14
Espíritu de Profecía - Apocalipsis 19:10
       Usando solamente la Biblia, permitiendo a la Biblia que se interprete a sí misma, es evidente que, cuando Apocalipsis 19:10 dice que "el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía", se refiere al Espíritu Santo. Jesús dice en Juan 15:26 que una de las obras del Espíritu Santo es que "testificará acerca de mí". Así, pues, está claro que el Espíritu Santo es "el testimonio de Jesús" porque testifica precisamente de Cristo. Y el Espíritu Santo es también "el Espíritu de Profecía" porque concede el legítimo don de profecía e inspira a los verdaderos profetas para que representen consistente y exactamente la voluntad de Dios.
         Aunque puede decirse que una persona que ha recibido el legítimo don espiritual de profecía es inspirada por el Espíritu de Dios, es blasfemia decir que el que recibe el don es El Espíritu de Profecía. Durante un siglo, los Adventistas del Séptimo Día criticaron al Papa por uar títulos que pertenecen a Dios, ¡pero ellos hacen lo mismo al llamar a Ellen White "El Espíritu de Profecía"! 
       Hagamos una aplicación personal de Apocalipis 12:17. Lea Apocalipsis 12:17 como un texto aislado, aparte del prejuicio Adventista, y pregúntese: "¿He sido capacitado de tal manera por la gracia de Cristo Jesús que mora en mí, que Dios me ve como (1) obedeciendo sus mandamientos y (2) poseyendo completamente el Espíritu Santo?" Si su respuesta es sí, entonces usted es una de esas personas a las que la Biblia llama el "remanente" o la "descendencia" de la iglesia de Dios (Apocalipsis 12:17), y usted es "consiervo" de Dios (Apocalipsis 19:10). Simplemente dejando que la Biblia se interprete a sí misma, usted tiene la certeza por la Palabra de Dios de que Ellen White no es el Espíritu de Profecía y no tiene nada que ver con el lugar de usted en la verdadera iglesia: el Cuerpo de Cristo!

La Iglesia Remanente

        Pero, ¿qué dice la Biblia acerca de "La Iglesia Remanente"?
       Es interesante notar que la Biblia nunca usa la frase "la iglesia remanente". La Biblia nunca habla de La Iglesia Remanente como una organización terrenal. La Biblia nunca dice que las personas deben ser miembros de una particular  iglesia "remanente, u organización "remanente", para tener la salvación, o para trabajar para Dios, o para ser contadas como pueblo de Dios. En vez de eso, cuando la Biblia usa las palabras "remanente", "descendencia", y "de Dios" unas 826 veces, está hablando de personas, algunas de las cuales algunas veces se opusieron a Dios,  fueron castigadas por Dios, eran miembros de naciones que no eran Israel, y/o eran sobrevivientes reconvertidos. Pero nunca habla de ninguna iglesia, denominación, u organización terrenal como "La Iglesia Remanente".
       La Biblia deja claro que el reino de Dios - o la Iglesia de Cristo, o hasta "el pueblo de Dios" - no es la nación judía, ni tampoco ningún otro grupo particular de personas diferente del cristianismo en general. Ser parte de la Iglesia de Dios no depende de que su nombre esté en los libros de ninguna iglesia terrenal.
       Según la Biblia, su salvación depende de su relación con Cristo Jesús. Jesús no era Adventista del Séptimo Día, ni lo fue ningún miembro del pueblo de Dios desde la creación hasta que la Iglesia Adventista del Séptimo Día fue organizada en 1863. Una abrumadora mayoría de los miembros del pueblo de Dios en la actualidad ¡no son miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día!  Al aceptar a Cristo Jesús como su Salvador y vivir cada día por medio del poder del Espíritu Santo morando en usted, su salvación está asegurada ahora mismo, ¡no importa en qué iglesia esté su membresía!
"Y ahora, queridos hijos, permanezcamos en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida". - 1 Juan 2:28.

"Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. En esto sabremos que somos de la verdad, y nos sentiremos seguros delante de él". - 1 Juan 3:18-19.

"También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna". - 1 Juan 5:20.

"Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida". - 1 Juan 5:11-12.


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